Ir a un bar, leer el diario, llegar a la página de clasificados y ponerse a descifrar los códigos “VEN. Alt.Cba.3 dor. Bño.C.C. Patio. 4252812”.

Ir caminando, pararse y ver carteles colgados en la vidriera de un local con casas y departamentos.

Hoy el papel de diario lo usas para prender el fuego del asado, y a los carteles de las vidrieras ni los miras porque andamos “apurados”.

Hace rato vengo hablando de la nueva generación inmobiliaria, algunos colegas mayores a los cuales respeto no les gusta mucho, pero el primer paso para adaptarse es aceptar la realidad… Y con nueva generación no me refiero a quienes están dando sus primeros pasos como profesionales, sino que tiene que ver con un choque generacional, donde la apertura de mente deja atrás a la rigidez de pensamiento. Las cosas ya no se hacen más así o así y punto, sino que hay mil maneras de hacerlas.

Recuerdo cuando tenía 24 años y llamaba a colegas y me decían: “ no comparto propiedades”, “los clientes son míos”, “solo trabajo con algunas inmobiliarias”, “a vos no te conozco”, “no me hagas perder el tiempo” y peor aún me cortaban el teléfono… En cambio esta nueva generación fue la primera en entender que solo se construye un negocio de abundancia compartiendo.

Durante mucho tiempo participe de eventos, foros y jornadas inmobiliarias, donde escuchaba atentamente a esos protagonistas con muchas ganas de aprender, quería saber como hacían lo que hacían, cual era ese secreto para tener éxito, pero nada.

Y con el pasar de los años, fui aprendiendo haciendo, como si la trayectoria fuera un gran valor agregado, como si la experiencia dijera muchas cosas, pero la verdad es que lo único que sirve son las experiencias, porque cada operación inmobiliaria es única o por lo menos así lo vivo yo. Es que la innovación sé está consumiendo a la trayectoria, tan simple como eso, vivimos en un mundo de cambios, en un mundo de inmediatez, donde queremos todo aquí y ahora. Hoy la tecnología nos puso a todos en un mismo nivel, pero la diferencia esta en que esta nueva generación inmobiliaria es digital, lo analógico va quedando en el pasado, y por eso que a los del ayer les cuesta tanto adaptarse.

Esta nueva generación es dinámica, es más arriesgada, porque lo seguro es una zona de confort donde las mejores cosas no suceden, es entusiasta, se sienta al lado del cliente, habla de par en par, ya paso de moda la silla grande detrás del escritorio marcando supremacía, esta nueva generación habla a través de las redes sociales y comunica su mensaje por todas partes, llegando a lugares inimaginables. Ya no nos importa el qué dirán de nosotros, porque somos más simples, no nos interesa hablar con tecnicismo ni palabras complicadas para demostrar que somos unos eruditos. Ya no nos importa aparentar una imagen, porque lo que realmente nos importa es ser nosotros mismos. Durante muchos años nos han instalado estereotipos de como deberíamos ser, pero por suerte hemos aprendido que lo que realmente importa es EL SER.

No sé si los dinosaurios van a desaparecer, pero esta vez les toca aprender de nosotros.

La manera de relacionarse cambio, la conducta del consumidor cambio, el mundo entero cambio, ¿hasta cuándo van a seguir haciendo lo mismo? Admiro a quienes se reinventan, a esos los llamo “dinollenials”.

No se asusten, mercado hay para todos, la diferencia está en que hay nuevos protagonistas.